Esto no solo acontece en nuestro país, sino que también están ocurriendo en otros países de Europa y más allá, provocando consecuencias que probablemente cueste mucho tiempo reparar.
“Donde
dije digo, digo Diego”, una afirmación que utilizamos para expresar la
incoherencia, y que utilizamos para desdecirse, y que ocurre cuando alguien
después de comentar algo, se arrepiente, se corrige, negando lo anterior.
La
incoherencia parece que se está incorporando como valor en la esencia del liderazgo
polítco actual, que no deja de ser un espejo en al que muchos se ven reflejados, y la entienden como oportunidad para alcanzar los objetivos de forma más rápida.
Un atajo muy peligroso, cuya base se encuentra en la defensa de la media
verdad, que permite dar la vuelta al asunto, utilizando la otra media verdad, cuándo
a uno mejor le conviene en defensa de unos intereses. En definitiva,
incoherencia implica engaño, y el engaño requiere responsabilidad directa a
quién actúa utilizándola de forma consciente en beneficio propio.
La
práctica de la incoherencia y el uso de las medias verdades también se están
extendiendo como el agua en la base de nuestra sociedad. Nos encontramos casos
en las escuelas, donde alumnos están utilizando las redes sociales como
plataforma para transmitir medias mentiras, o lo que es lo mismo, medias
verdades, que lo que hacen es dañar la imagen y la integridad de quién se ve
afectado. El acoso escolar, y la difamación de falsas noticias en las redes
sociales, es la consecuencia de la nueva política, que gracias a ella, está
calando en las nuevas generaciones como práctica habitual y normalizada.
Esta
dirección, basada en la incoherencia, empobrece los valores esenciales, que
como pilares, sustentan la verdad del liderazgo. Valores como el respeto, la
coherencia, la honestidad, la humildad y la transparencia, son la base para
forjar una sociedad sana, el elemento clave para la educación de nuestros
hijos. El desarrollo de una sociedad próspera se forja desde la verdad,
completa, en el que se conoce la realidad tal como es, solo desde este lugar de
comprensión y entendimiento, somos capaces de tomar decisiones más objetivas. La
negociación más exitosa siempre parte de la objetividad.
Autor: Felipe Ynzenga (Evolución y Cambio)
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