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15 octubre 2018

RAFAEL NADAL DESPRECIADO POR SU ACCIÓN SOLIDARIA EN MALLORCA


Como cada otoño, el archipiélago balear se ve azotado por temporales que provocan desperfectos e incidencias en ciudades y pueblos de la región, aunque como el último vivido en Sant Llorenç des Cardassar, no se había vivido nunca. El torrente devastador, no solo se ha llevado por delante hogares y negocios, lamentablemente también ha dejado a su paso 12 muertos, suceso que congela el alma y te llena de pena y mucho dolor.

Ante estos momentos limites, el ser humano tiene la capacidad de unirse, de ser solidario y prestar ayuda a aquel que lo necesite si pensar un segundo en las consecuencias, sin retroceder, simplemente lo hacemos porque es instintivo. Este tipo de comportamientos los hemos visto en infinidad de casos, y seguiremos viendo como héroes anónimos tienden sus manos para salvar a los que más lo necesitan. Sin duda es algo que debemos respetar y reconocer, no solo desde el agradecimiento, sino que además, debemos tomarlos como ejemplo en el entorno educativo para transmitir valores universales para hacer de las nuevas generaciones personas que entienden el respeto, la humildad, la generosidad, la solidaridad y el amor como elementos conductores de la vida.

Los héroes deberían ser objeto de noticia positiva y ejemplar, tanto si son anónimos como si no. Aunque desgraciadamente no siempre es así, ya que toda luz siempre proyecta una sombra. En el caso del ser humano, también. Los valores siempre están sujetos a su anulación, gracias a emociones negativas que sacan lo peor de cada uno de nosotros.

Fotografía - Europapress (Jordi Cotrina)
Esto mismo ha ocurrido con Rafael Nadal, un héroe más, que junto con los vecinos de su pueblo decidió ayudar en los momentos más difíciles del desastre. Algo que debería ser noticia ejemplar, no solo por la acción solidaria de Nadal, sino por todos aquellos vecinos, autoridades y voluntarios que ayudaron, y continúan haciéndolo, para recuperar la normalidad, resulta que hay personas que ven la cara opuesta a la acción del tenista. Dan la vuelta a la tortilla y critican al deportista por ser un oportunista al buscar la foto y aprovechar la coyuntura del momento en pro de su beneficio.

Obviamente cada uno tenemos derecho a opinar libremente, pero toda libertad requiere consciencia y responsabilidad, sobre todo si las acciones llevadas a cabo impactan negativamente en otras personas. Pero todo esto me ha hecho reflexionar y hacerme la siguiente pregunta ¿qué le puede llevar a una persona a despreciar la acción solidaria de Rafael Nadal? El odio y la envidia, ¿por qué? O mejor ¿para qué y con qué fin? Seguramente algunas personas lo utilicen para ganar notoriedad y seguidores, y por lo tanto obtener un beneficio a corto plazo, ya sea económico o de otra índole. Pero lo grave de todo es la consecuencia, no el hecho en sí, sino el mensaje que estamos trasladando a otras personas, el desprecio como valor. Una irresponsabilidad en la que debemos tomar nota, y cuidar para que las nuevas generaciones no lo tomen como un patrón a seguir.

El desprecio que encuentran en Nadal por su acción solidara es lo que algunos están transmitiendo de forma consciente. ¿Y qué es el desprecio? es humillación, falta de respeto o reconocimiento de otro.  Supone a la persona despreciada ser indigna.

¿Y qué es el respeto? es la base de toda relación y es la llave que tiene el ser humano para crecer como persona y entender al otro como parte del proceso de evolución interior de uno mismo.

Cuándo criticamos, lo que hacemos, es proyectarnos en los demás. Es decir, proyectamos nuestra sombra, lo que no queremos ver de nosotros mismos, lo que no nos gusta y en vez de trabajar para entenderlo y tratar de convertirlo en luz, la frustración la descargamos en los demás. Recuerda como maestro a quién críticas porque siempre encontrarás en esa persona lo que quieres mejorar en ti.

Autor: Felipe Ynzenga (Evolución y Cambio)

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Cita: 15/10/2018

Cita: 15/10/2018
Cuándo criticamos, lo que hacemos, es proyectarnos en los demás. Es decir, proyectamos nuestra sombra, lo que no queremos ver de nosotros mismos, lo que no nos gusta y en vez de trabajar para entenderlo y tratar de convertirlo en luz, la frustración la descargamos en los demás. Recuerda como maestro a quién críticas porque siempre encontrarás en esa persona lo que quieres mejorar en ti.

Por: Felipe Ynzenga