Como cada otoño, el archipiélago balear se ve azotado por temporales que provocan desperfectos e incidencias en ciudades y pueblos de la región, aunque como el último vivido en Sant Llorenç des Cardassar, no se había vivido nunca. El torrente devastador, no solo se ha llevado por delante hogares y negocios, lamentablemente también ha dejado a su paso 12 muertos, suceso que congela el alma y te llena de pena y mucho dolor.
Ante
estos momentos limites, el ser humano tiene la capacidad de unirse, de ser
solidario y prestar ayuda a aquel que lo necesite si pensar un segundo en las
consecuencias, sin retroceder, simplemente lo hacemos porque es instintivo. Este
tipo de comportamientos los hemos visto en infinidad de casos, y seguiremos
viendo como héroes anónimos tienden sus manos para salvar a los que más lo
necesitan. Sin duda es algo que debemos respetar y reconocer, no solo desde el
agradecimiento, sino que además, debemos tomarlos como ejemplo en el entorno
educativo para transmitir valores universales para hacer de las nuevas
generaciones personas que entienden el respeto, la humildad, la generosidad, la
solidaridad y el amor como elementos conductores de la vida.
Los
héroes deberían ser objeto de noticia positiva y ejemplar, tanto si son anónimos
como si no. Aunque desgraciadamente no siempre es así, ya que toda luz siempre
proyecta una sombra. En el caso del ser humano, también. Los valores siempre
están sujetos a su anulación, gracias a emociones negativas que sacan lo peor
de cada uno de nosotros.
Fotografía - Europapress (Jordi Cotrina) |
Obviamente
cada uno tenemos derecho a opinar libremente, pero toda libertad requiere consciencia
y responsabilidad, sobre todo si las acciones llevadas a cabo impactan
negativamente en otras personas. Pero todo esto me ha hecho reflexionar y
hacerme la siguiente pregunta ¿qué le puede llevar a una persona a despreciar
la acción solidaria de Rafael Nadal? El
odio y la envidia, ¿por qué? O mejor ¿para qué y con qué fin? Seguramente algunas
personas lo utilicen para ganar notoriedad y seguidores, y por lo tanto obtener
un beneficio a corto plazo, ya sea económico o de otra índole. Pero lo grave de
todo es la consecuencia, no el hecho en sí, sino el mensaje que estamos
trasladando a otras personas, el desprecio como valor. Una irresponsabilidad en
la que debemos tomar nota, y cuidar para que las nuevas generaciones no lo
tomen como un patrón a seguir.
El desprecio
que encuentran en Nadal por su acción solidara es lo que algunos están
transmitiendo de forma consciente. ¿Y qué es el desprecio? es humillación, falta
de respeto o reconocimiento de otro. Supone
a la persona despreciada ser indigna.
¿Y qué
es el respeto? es la base de toda relación y es la llave que tiene el ser
humano para crecer como persona y entender al otro como parte del proceso de
evolución interior de uno mismo.
Cuándo
criticamos, lo que hacemos, es proyectarnos en los demás. Es decir, proyectamos
nuestra sombra, lo que no queremos ver de nosotros mismos, lo que no nos gusta
y en vez de trabajar para entenderlo y tratar de convertirlo en luz, la frustración
la descargamos en los demás. Recuerda como maestro a quién críticas porque
siempre encontrarás en esa persona lo que quieres mejorar en ti.
Autor: Felipe Ynzenga (Evolución y Cambio)
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